Las guías del Camino suelen recomendar pernoctar en Santo Domingo de la Calzada pero, como es una etapa corta (unos 21 km) y fácil, puede continuarse a Grañón o más allá. Yo he pernoctado en los dos lugares y puedo decir que, se elija lo que se elija, se acierta. El paisaje está formado por campos de cereales y no hay sombras.
Aunque no suelo hablar de albergues, sin que sirva de precedente, quiero mencionar que los de Santo Domingo y los de Grañón son de donativo. En Santo Domingo está el que probablemente sea el albergue más lujoso del Camino, que cuenta incluso con ascensor para personas de movilidad reducida y, en Grañón, los albergues son más humildes pero tienen muy buen ambiente y tienen muy buenas relaciones entre ellos, hasta el punto de que alguna vez han hecho cenas comunitarias conjuntas.
Saliendo de Nájera, el primer pueblo intermedio es Azofra, un lugar con algunas casas blasonadas en el que es necesario hacer una pausa. Por lo que he leído, es interesante el interior de su iglesia, aunque a la hora a la que pasan los peregrinos que salen de Nájera suele estar cerrada. Los que pernocten en su albergue, por 1,8 km de propina pueden ver el único Jardín Botánico de La Rioja.
Aunque no suelo hablar de albergues, sin que sirva de precedente, quiero mencionar que los de Santo Domingo y los de Grañón son de donativo. En Santo Domingo está el que probablemente sea el albergue más lujoso del Camino, que cuenta incluso con ascensor para personas de movilidad reducida y, en Grañón, los albergues son más humildes pero tienen muy buen ambiente y tienen muy buenas relaciones entre ellos, hasta el punto de que alguna vez han hecho cenas comunitarias conjuntas.
Saliendo de Nájera, el primer pueblo intermedio es Azofra, un lugar con algunas casas blasonadas en el que es necesario hacer una pausa. Por lo que he leído, es interesante el interior de su iglesia, aunque a la hora a la que pasan los peregrinos que salen de Nájera suele estar cerrada. Los que pernocten en su albergue, por 1,8 km de propina pueden ver el único Jardín Botánico de La Rioja.
A un kilómetro de la salida de Azofra, vemos un rollo del s. XVI que era usado para las ejecuciones.
El siguiente pueblo es Cirueña, que está afeado por un campo de golf y una urbanización de lujo y, para que los peregrinos no molestásemos, algún promotor y políticos locales han desviado el Camino, lo cual es uno de los mayores atentados que se ha hecho al Camino.
La entrada a Santo Domingo de la Calzada no resulta muy agradable, pues tiene como prólogo unas naves y pabellones agrícolas. De todas formas, eso se olvida cuando se llega al centro. El nombre de este pueblo se debe a Domingo García (1019-1109), un ermitaño que construyó un puente para peregrinos, una calzada, un hospital y una iglesia que sirvió de base para la construcción de esta localidad de algo más de 6000 habitantes.
Santo Domingo tiene bastante para ver y, si se decide pernoctar ahí, recomiendo pagar por una visita guiada a la catedral y a su centro histórico. Pese a su tamaño, es el único lugar de España que tiene dos paradores, que deben ser visitados. Uno de ellos está en un antiguo hospital del s. XII levantado por Santo Domingo junto a la Catedral y, el otro, en el Convento de San Francisco. Os pongo una fota del interior del primero y del exterior del segundo.
Pero lo mejor de Santo Domingo es, sin duda, la Catedral, magnífica por fuera y por dentro. De su exterior es magnífica su portada y su esbelta torre campanario que, cosa extraña en España, no está unida al templo, sino que está exenta a unos pocos metros de distancia.
Aunque su interior no tiene desperdicio y hay que verlo con detenimiento, preferiblemente en una visita guiada, lo que más llama su atención es la cripta con la tumba del santo, el excelente retablo mayor, del gran escultor Damián Formént (aunque tuvieron que acabarlo sus discípulos porque murió mientras trabajaba en él) y el gallinero en el que hay un gallo y una gallina albinos, que renuevan cada dos semanas y que está relacionado con una famosa leyenda.
En el siglo XIV peregrinó a Compostela un joven alemán junto con sus padres. En el mesón donde se hospedaron, trabajaba una muchacha joven que se enamoró de él, pero el joven la rechazó. Despechada, guardó en el zurrón del joven una copa de plata, le acusó de haberlo robado y, poco después fue condenado a morir ahorcado. Cuando sus padres se acercaron a su cuerpo ahorcado para despedirse, oyeron que su hijo les habló desde la horca y les dijo que estaba vivo gracias a Santiago. Entonces, sus padres fueron donde el juez que le condenó y, al oírlo, se burló diciendo: “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me voy a comer”. Y en ese momento, las aves se levantaron del plato y se pusieron a cantar y cacarear. Por eso se dice: “Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada”.
Saludos cordiales y buen Camino,
El siguiente pueblo es Cirueña, que está afeado por un campo de golf y una urbanización de lujo y, para que los peregrinos no molestásemos, algún promotor y políticos locales han desviado el Camino, lo cual es uno de los mayores atentados que se ha hecho al Camino.
La entrada a Santo Domingo de la Calzada no resulta muy agradable, pues tiene como prólogo unas naves y pabellones agrícolas. De todas formas, eso se olvida cuando se llega al centro. El nombre de este pueblo se debe a Domingo García (1019-1109), un ermitaño que construyó un puente para peregrinos, una calzada, un hospital y una iglesia que sirvió de base para la construcción de esta localidad de algo más de 6000 habitantes.
Santo Domingo tiene bastante para ver y, si se decide pernoctar ahí, recomiendo pagar por una visita guiada a la catedral y a su centro histórico. Pese a su tamaño, es el único lugar de España que tiene dos paradores, que deben ser visitados. Uno de ellos está en un antiguo hospital del s. XII levantado por Santo Domingo junto a la Catedral y, el otro, en el Convento de San Francisco. Os pongo una fota del interior del primero y del exterior del segundo.
Pero lo mejor de Santo Domingo es, sin duda, la Catedral, magnífica por fuera y por dentro. De su exterior es magnífica su portada y su esbelta torre campanario que, cosa extraña en España, no está unida al templo, sino que está exenta a unos pocos metros de distancia.
Aunque su interior no tiene desperdicio y hay que verlo con detenimiento, preferiblemente en una visita guiada, lo que más llama su atención es la cripta con la tumba del santo, el excelente retablo mayor, del gran escultor Damián Formént (aunque tuvieron que acabarlo sus discípulos porque murió mientras trabajaba en él) y el gallinero en el que hay un gallo y una gallina albinos, que renuevan cada dos semanas y que está relacionado con una famosa leyenda.
En el siglo XIV peregrinó a Compostela un joven alemán junto con sus padres. En el mesón donde se hospedaron, trabajaba una muchacha joven que se enamoró de él, pero el joven la rechazó. Despechada, guardó en el zurrón del joven una copa de plata, le acusó de haberlo robado y, poco después fue condenado a morir ahorcado. Cuando sus padres se acercaron a su cuerpo ahorcado para despedirse, oyeron que su hijo les habló desde la horca y les dijo que estaba vivo gracias a Santiago. Entonces, sus padres fueron donde el juez que le condenó y, al oírlo, se burló diciendo: “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me voy a comer”. Y en ese momento, las aves se levantaron del plato y se pusieron a cantar y cacarear. Por eso se dice: “Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada”.
Saludos cordiales y buen Camino,
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