domingo, 18 de diciembre de 2016

Rabanal del Camino - Molinaseca o Ponferrada (II)

La entrada anterior, para que no resultase muy larga, acababa con el precioso descenso entre Riego de Ambrós y Molinaseca.

Molinaseca está ubicada en un magnífico entorno natural, entre montañas y bañada por el río Meruelo. Además, su parte histórica está declarada conjunto histórico-artístico. El primer obsequio que ofrece a los caminantes es es el Santuario de la Angustia, ubicado a la entrada del pueblo y muy cerca de la montaña. Se trata de una iglesia del siglo XVII con un retablo barroco en el que aparece la Virgen Preciosa sosteniendo a su hijo muerto.



Tras cruzar un puente medieval peatonal conocido como Puente de los Peregrinos (dicho sea de paso, por criticar algo de esa preciosa tierra que es El Bierzo, en algunos sitios eché de menos puentes peatonales), se llega a la Calle Real, una de las más bonitas del Camino de Santiago a su paso por España. Esta preciosa calle que, afortunadamente, es peatonal, tiene bonitos palacios blasonados y preciosas y pintorescas casas con balconadas de madera.




Si el tiempo acompaña, los que se queden en Molinaseca pueden disfrutar de una piscina fluvial junto al río Meruelo. Aunque sus aguas están bastante frías, tumbados en la hierba puede disfrutarse de una magnífica vista de los montes que lo rodean y de las torres de sus iglesias. Como dije en la anterior entrada, los que prefieran pernoctar en Ponferrada (que, como vamos a ver, también es buena alternativa) tienen la opción intermedia de dormir ahí y de comer en Molinaseca y disfrutar algo de su piscina.



Para recorrer los poco más de 7 km que separan Molinaseca de Ponferrada, no hay más que seguir por la carretera, que está provista de acera. Las flechas amarillas sugieren entrar por un municipio llamado Campo, que muchos evitan para ahorrarse un kilómetro. Los que lo hagan, se perderán una fuente de época romana.

Este tramo, salvo la fuente que he citado, es muy soso y, como es habitual en las grandes ciudades, la entrada no resulta agradable, pero no hay que desesperar porque al final hay premio.

Ponferrada es una ciudad de unos 70.000 habitantes. Su nombre deriva de Pons Ferrata, que quiere decir Puente de Hierro, que hace referencia a un puente para peregrinos que, en el siglo XI, un obispo ordenó reforzar con hierro. Además del Camino Francés, aquí comienza el Camino de Santiago de Invierno, poco transitado pero bien señalizado. Los que lo recorran -confieso que yo no lo he hecho- podrán disfrutar de joyas como Las Médulas o Monforte de Lemos. Espero que pueda incorporarse a este pequeño equipo de blogueros algún coautor o coautora que quiera hablarnos de esta ruta para convencernos de que es recomendable hacerlo.

La "postal" de Ponferrada es su soberbio castillo templario con doce torres pero, aunque es con diferencia lo más notable que tiene, no es lo único que tiene para visitar y es un grave error lo que hacen muchos turistas de parar el coche, sacarse una foto junto al castillo y volverse a meter en el coche para continuar el viaje. Afortunadamente, los peregrinos podemos disfrutar más de esta ciudad.



Subiendo una cuesta junto al castillo, veremos una muy bonita casa blasonada conocida como Casa de los Escudos que alberga el Museo de la Radio, donado por el famoso periodista ponferradino Luis del Olmo.



Subiendo un poco más, se llega a una plaza muy animada rodeada de edificios con soportales, bares y terrazas. En esa plaza se alza la Basílica de la Encina, una iglesia renacentista bastante austera y con una alta y esbelta torre que los lugareños llaman “la Giralda del Bierzo” y en la que se encuentra la imagen de la virgen titular, patrona del Bierzo.



En el centro de esa plaza, hay una moderna escultura de bronce en la que se representa a un caballero templario junto a un árbol. Junto a ella, una placa explica que, según una leyenda, cuando se estaba construyendo el castillo, un templario encontró una imagen de la Virgen en un hueco de una encina.

La visita cultural continúa por una estrecha calle peatonal que acaba en una esbelta torre blasonada con reloj, campana y un arco de medio punto que permite pasar por debajo de ella. Curiosamente, creo que es la única torre de España con reloj que no está adosada a ningún edificio.



En esa misma calle estrecha puede disfrutarse de bonitos edificios como la antigua cárcel, que hoy acoge el Museo del Bierzo. Confieso que no lo he visto porque nunca me ha dado tiempo, pero, por lo que he visto en internet y me han contado, merece la pena visitarse y, entre otras cosas, tiene restos romanos (tened en cuenta que cerca de Ponferrada están las minas romanas de Las Médulas). 



Pasando bajo el arco de la Torre del Reloj, llegamos a la Plaza Mayor, rodeada de edificios de fachadas de colores con soportales y en donde se encuentra la Casa Consistorial, un edificio barroco muy parecido al de Astorga. En esta plaza, también es típico sacarse una foto junto a una escultura que representa a un barquillero.



Saliéndome ligeramente del tema, a unos 10 km de Ponferrada está uno de los pueblos más bonitos de España: Peñalba de Santiago, que tengo la suerte de conocer. Además de ser precioso por su arquitectura y su iglesia mozárabe del s. X, es un lugar idílico por su emplazamiento, rodeado de montes en el Valle del Silencio. 

Para terminar, un apunte gastronómico. En la comarca de El Bierzo es muy típico el botillo, un plato hecho con productos del cerdo y muy adobado. Mi opinión: muy bueno, pero quizás muy contundente para tomar en verano. La mejor época para comerlo es en invierno.


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