martes, 10 de octubre de 2017

Jaca - Arrés

Después de los 30 km de descenso de la etapa anterior, el recorrido de hoy es más llevadero. La distancia es de unos 25 km y, el perfil, de suave descenso y más bien llano, salvo el tramo final.

Es posible hacer una variante que es hacer un desvío de 10 kilómetros para ver San Juan de la Peña,  uno de los mejores enclaves románicos de toda España, declarado Bien de Interés Cultural en 1889. En este caso, hay que saber que no se podría dormir en Arrés porque sería una etapa muy dura. Al final del artículo diré algo de este impresionante lugar y un dato de utilidad sobre cómo ir allí a un precio razonable.



La salida de Jaca, como la de la mayoría de las ciudades, es algo sosa, atravesando un pequeño polígono y un área residencial. 

Después, tenemos un buen tramo que discurre entre un bosque de ribera junto al río Aragón y un bosquete algo más alejado del río. En mi opinión, este tramo es agradable, pero no maravilloso, sobre todo teniendo en cuenta el espectacular paisaje de la etapa anterior.



El primer y único pueblo intermedio de la etapa, a unos 15 km de la salida, es Santa Cilia, un pueblo agradable y tranquilo (quizás demasiado, porque cuando yo fui el bar estaba cerrado, aunque quizás tuve mala suerte) en el que, al parecer, sobrevive la lengua aragonesa (al menos, vi un cartel bilingüe en castellano y aragonés), lo cual me alegró, pues me gusta mucho la diversidad cultural y lingüística y me entristece cada vez que leo o escucho que una lengua muere. 

Es recomendable pasear por sus tranquilas calles, lo cual no supondrá mucho tiempo. De esta forma, puede disfrutarse de su palacio renacentista y de su iglesia de San Salvador.




Lo único que no me gustó de este pueblo fue encontrarme la iglesia cerrada. Sobre esta cuestión, creo que es necesario que los poderes públicos de Aragón dispongan de un programa de apertura de monumentos para que puedan ser visitados, como existe en Castilla y León. Quizás para compensar que no se puede visitar, el Gobierno de Aragón tiene el detalle de poner en su exterior un panel informativo sobre lo bellísimo que es su interior, para que, ya que no podemos verlo, nos lo imaginemos. A continuación os pongo una foto tomada de internet, pues yo no tuve la suerte de poder verlo.




Saliendo de Santa Cilia, hay que recorrer unos 4 kilómetros muy sosos junto a una carretera, seguidos de otros 2 muy agradables por el interior de un bosquete. De este modo, llegamos a un puente de piedra junto al río Aragón en el que se puede elegir entre dos alternativas: la primera es girar a Puente la Reina de Jaca, que fue durante mucho tiempo una localidad jacobea (el recorrido del Camino de Santiago por Aragón es en gran parte moderno a causa del embalse de Yesa, que anegó el Camino histórico) y dispone de servicios y mesones para peregrinos y, la segunda alternativa, es realizar los 4 kilómetros escasos que restan para finalizar la etapa. Estos kilómetros finales son los más duros, pues son cuesta arriba. 

Arrés es una aldea ubicada a unos 700 metros de altitud que, pese a su muy pequeño tamaño tiene varios encantos: su familiar albergue de peregrinos, en el que tratan con mucha hospitalidad y hay cena y desayuno comunitario; su arquitectura popular, su iglesia de Santa Águeda, un mirador con una superlativa vista de la Canal de Berdún y, de postre, un espectacular atardecer. Lamentablemente, no tengo fotos que ofrecer porque, a causa de la luz, no me salieron bien.




A quien se decida a hacer esta etapa, le recomiendo que, después de comer, se tome un taxi para hacer una excursión al monasterio de San Juan de la Peña. El taxi dispone de 8 plazas, por lo que, si se comparte, el gasto por persona es bastante razonable.

Aunque, como se suele decir, San Juan de la Peña no necesita presentación, os comento que debe su nombre a que está al abrigo de una peña, como puede verse en la primera foto que he colgado. Aunque el monasterio no tiene desperdicio, lo más destacado es el Panteón Real, en donde están enterrados algunos reyes de Aragón y, sobre todo, el claustro, con hermosos capiteles decorados con escenas bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.





Como anecdótico, hay una réplica del Santo Grial pues, según una leyenda en la que no creo, esta reliquia estuvo un tiempo en este monasterio, antes de su traslado a Valencia.

Saludos cordiales y buen Camino,

lunes, 31 de julio de 2017

Somport - Jaca (II)

Aunque Jaca solo tiene unos 15.000 habitantes, no es poco lo que hay que contar sobre esta pequeña ciudad, pues tiene mucha historia y arte.

Comenzando por la historia, Jaca fue la cuna y la primera capital del Reino de Aragón, entre 1.077 y 1.096. Aunque perdió la capitalidad en favor de Huesca, siguió teniendo importancia como cabecera de comarca y por ser final de etapa del Camino de Santiago, tal y como dice el Codex Calixtinus.

La sensación que me dio es la de ser una pequeña ciudad con muchos comercios y mucha animación en sus céntricas calles peatonales y que no defrauda a los amantes del arte.

Aunque tiene varios edificios de interés, voy a centrarme especialmente en tres grandes joyas y, para el resto, me remito a la Oficina de Turismo, con la que este blog no pretende "competir". En primer lugar, la Catedral de San Pedro, que es la segunda más antigua de la Península Ibérica, después de la de Santiago.



Se trata de un edificio románico que comenzó a edificarse en el s. XI. Podría escribirse un artículo entero sobre esta obra de arte pero, para no alargarme demasiado, voy a citar del exterior sus capiteles historiados y su portada, en la que se ve un crismón con dos leones, uno fiero y otro manso, que representan lo que espera en el "más allá" a los pecadores y a los que se arrepienten. Tampoco puedo dejar de mencionar el famosísimo ajedrezado jaqués, del que os pongo un detalle.




De su interior, además de su arte, hay dos cosas que valoro más que positivamente: en primer lugar, que la entrada es gratuita, salvo para ver el museo o para una visita guiada y, en segundo lugar, que, en lugar de frías autoguías, hay visitas guiadas con simpáticas cicerones que explican muy bien y a las que se puede hacer preguntas.

Es muy curioso que, junto al altar, en vez de un retablo, está el coro y un órgano, aunque, lo que más me llamó la atención fueron las magníficas pinturas que hay en la bóveda, obra de Fray Manuel Bayeu, hermano del también pintor  Francisco Bayeu, suegro de Goya.





Sin salirse de la Catedral, es imprescindible visitar el Museo Diocesano, a ser posible en visita guiada. Se trata de uno de los mejores museos del Románico y que cuenta con excelentes pinturas murales traídas de iglesias de Aragón. Como dato interesante, una de ellas ocupa más espacio que las de San Isidoro de León.


La segunda gran joya de Jaca es la Ciudadela, situada en un gran espacio ajardinado.


Probablemente, a muchos os recordará a Pamplona/Iruña. No vais descaminados. Ambas fueron construidas por orden de Felipe II, por su cercanía a Francia. La de Jaca es 20 años más joven y, a diferencia de la navarra, se conserva íntegra.

A los peregrinos o turistas recomiendo desembolsar algo de dinero (una cantidad razonable) para hacer una visita guiada, que permite acceder a lugares que no pueden verse, además de aprender historia y cosas muy interesantes.


Para ir acabando, también recomiendo encarecidamente a toda persona que visite Jaca visitar el sarcófago de Doña Sancha, uno de los más importantes del Románico de toda Europa.


Jaca también tiene otros edificios de interés situados en sus animadas calles peatonales del centro histórico. Como, además de peregrino, también soy profesor de Derecho Internacional, no quiero despedirme sin mencionar la Torre del Reloj, sede oficial de un foro del que hablo a mis alumnos todos los años: la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, que agrupa a cuatro Comunidades Autónomas de España (País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña), tres Regiones francesas (Aquitania, Midi-Pyrenees y Languedoc-Rosellón) y el Principado de Andorra.


Saludos cordiales y buen Camino,

viernes, 28 de julio de 2017

Somport - Jaca (I)

Este mes de julio he recorrido un tramo del conocido como Camino Aragonés que, en realidad, debe decirse Camino Francés por Aragón, por dos motivos: porque es un ramal del Camino Francés y porque no es el único camino aragonés: también tenemos el Camino del Ebro (que abarca desde el delta del Ebro hasta Logroño), el Camino Catalán por Zaragoza y el Camino Catalán por Huesca. Es una ruta poco frecuentada, pese a no carecer de encantos paisajísticos ni patrimoniales, como veremos.

Por cuestiones de agenda y de transporte, no empecé en la bonita localidad francesa de Oloron-Sainte-Marie, sino en Somport, el Sumus Portus romano. De todas formas, os recomiendo no seguir mi ejemplo y empezar en esa ciudad francesa, inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad, pues el Camino de Santiago es internacional, por lo que es recomendable hacer al menos dos etapas en Francia antes de entrar en España. Además, así se bajará un monte después de haberlo subido atravesando un Parque Nacional francés.




Esta etapa es de unos 30 km y en ella se descienden, aproximadamente, 800 metros de desnivel.  En mi opinión, es quizás la más espectacular del Camino Francés a su paso por España en lo que a paisaje se refiere. Lo malo es que los amantes del arte nos encontraremos las iglesias cerradas, salvo que coincida con horario de culto. Aunque este blog no pretende ser una guía sino dar a conocer el patrimonio, historia y leyendas del Camino, quiero advertir a futuros peregrinos que es probable que en Somport haya niebla y frío, incluso en verano.

Si se empieza en Somport, pronto se ve un pequeño río que nos acompañará durante la etapa y que, según el dicho popular, junto al Ega y Arga, hace al Ebro varón. Imagino que todos los lectores de España habrán adivinado que ese pequeño río es el Aragón que, como veremos en otras entradas, crece y pasa a ser un río majestuoso y ancho.

Además del río Aragón, disfrutaremos durante la etapa de espectaculares montañas de más de 2.000 metros de altura y de algunos afluentes del río. Os pongo unas fotos tomadas por mí y que, si os soy sincero, no recuerdo en qué tramo de la etapa están.




El primer pueblo habitado es Candanchú, situado a pocos kilómetros de Somport y famoso por su estación de esquí, la primera que se creó en los Pirineos Aragoneses. Salvo que se desee desayunar, no es necesario entran en el pueblo. En cambio, sí recomiendo contemplar lo que fue el hospital de Santa Cristina que, aunque está en ruinas desde el s. XVII, sabemos por el Codex Calixtinus que fue uno de los tres grandes hospitales de la Cristiandad.


El primer pueblo en el que se entra, a unos 6,8 km de la salida, es Canfranc Estación, un núcleo moderno creado en torno a la famosa estación de ferrocarril, inaugurada en 1928 por los Jefes de Estado de España y Francia, a saber, Alfonso XIII y Gaston Doumergue. Este edificio destaca por el enorme tamaño de su fachada (unos 240 metros) y, en la actualidad, aunque sigue en funcionamiento, lleva una existencia bastante lánguida, pues la línea ferroviaria Zaragoza-Pau se interrumpió en 1970 como consecuencia del derrumbamiento de un puente que, afortunadamente, no causó víctimas mortales y, lamentablemente, no parece haber interés en reabrirla. Como curiosidad, existe la leyenda urbana de que aquí se rodó alguna escena de Doctor Zhivago, pero no hay ninguna constancia de ello, aunque sí de que se han rodado otras películas.



Además de la estación, también hay que mencionar la Torre de Fusileros, una edificación del s. XIX que, actualmente, se utiliza como sala de exposiciones.

Caminando 4,5 km más, llegamos a Canfranc pueblo, más bien moderno porque fue arrasado por un incendio en 1944, aunque sobrevive la iglesia románica de la Asunción.


En mi opinión, lo mejor de Canfranc está a la salida y es el puente medieval sobre el río Aragón (la foto es de la Editorial Buen Camino).



Este puente tiene su leyenda. La transcribo tal cual se la he leído a mi amiga Ara Peregrina, cambiando el color de la fuente para que se sepa que es de ella:

"Cuenta la leyenda que, hace siglos, una peregrina judía caminaba hacia Santiago por tierras aragonesas. Concretamente, entró a España por Somport, y entrando la noche, una noche fría de invierno del Pirineo aragonés, llegó a Canfranc Pueblo buscando cobijo. Llevaba la cabeza tapada con una capa y al verla los habitantes del pueblo corrieron a sus casas, cerraron sus puertas y desoyeron su llamada buscando refugio, ese que en estas tierras es obligatorio dar al peregrino.

Corrió a la Iglesia, sabiendo que dentro estaba el cura, pero este le negó el paso, provocando la ira de la mujer, que continuó su camino hacia Jaca.

Pero, al llegar a ese puente, conocido como el Puente de los peregrinos, descubrió su rostro, miró al pueblo y levantando su bordón soltó una maldición que se oyó en todo El Valle:


"¡CANFRANC, YO TE MALDIGO!
Dos veces por el fuego arderás, 
y por último, el agua te arrasará!"

En 1617 con 200 habitantes en el pueblo sufrió el primer incendio, solo quedó en pie el castillo, el molino de harina, la iglesia de la Santísima Trinidad y dos casas.

En 1944 y con 1000 habitantes el segundo, el más terrible, que surgió en una casa, se propagó por los tejados y arrasó el pueblo, trasladándose sus vecinos al nuevo Canfranc Estación, que nació al compás de las obras de su mágica estación internacional.

Desde entonces, cuando llegan las crecidas, todos miramos al río, nuestro querido río Aragón y rezamos cuanto sabemos para que no se cumpla la profecía...o, al menos, para que no nos pille allí"

Continuando esta preciosa etapa, el siguiente pueblo es Villanua. A mí me gustó más que los anteriores porque lo vi más auténtico, pues tiene algo de arquitectura popular, mientras que los anteriores son más bien urbanizaciones modernas que deben mucho al esquí. Cerca de aquí está la bonita Cueva de las Güixas (brujas), pero es para turistas, no para peregrinos, pues hay que pedir cita previa para visitarla.


A partir de aquí, hay que elegir entre dos variantes. Yo elegí la de la izquierda porque va más alejada de la carretera. No me arrepentí de ello, pero no puedo juzgar si es mejor o peor que la otra, que desconozco.

El penúltimo pueblo de la etapa es Castiello de Jaca, que debe su nombre, al parecer, a un antiguo castillo del que no se ha encontrado ningún resto. Su casco urbano está declarado Bien de Interés Cultural y es una pocholada, con casas de pared de piedra y tejados de pizarra.



En su interior, que es muy difícil poder disfrutar, hay un buen retablo barroco y un arca con reliquias que se abre el primer domingo de julio y que también tiene su leyenda. Hay varias versiones, de las cuáles mi favorita es que un peregrino llego exhausto a esta localidad y, en agradecimiento por el buen trato recibido, donó el relicario, motivo por el que se conoce a este pueblo como "el de las mil reliquias".

De aquí a Jaca ya solo quedan unos 7 km. Como no es poco lo que hay que contar de Jaca, lo dejo para la siguiente entrada.






sábado, 22 de abril de 2017

O CEBREIRO - TRIACASTELA O SAMOS

Esta etapa es una de las más bonitas del Camino Francés en lo que al paisaje se refiere. La mayoría de los que inician la etapa en O Cebreiro o en alguna de las aldeas anteriores suele acabar en Triacastela, pueblo situado a unos 21 km de O Cebreiro, aunque no es mala alternativa continuar andando unos 10 km más y pernoctar en Samos.

Habíamos dicho que la etapa que acaba en O Cebreiro es la etapa reina, pero eso no quiere decir que sea el techo del Camino (es la Cruz de Ferro) y ni siquiera de Galicia, pues en esta etapa se suben dos puertecitos, uno de ellos a más altura que O Cebreiro.

Si tenemos la suerte de que no llueva y haya niebla en Galicia, puede comenzarse la etapa con una vista espectacular.



A grandes rasgos, hasta Triacastela puede dividirse en tres partes: una de sube-baja de unos 8,7 km hasta el ALto do Poio, un descenso suave de 5 km escasos hasta la aldea de Biduedo y unos 7 km de descenso más pronunciado, aunque no exagerado. En esta ruta atravesamos 8 pequeñas aldeas de entre 9 y 100 habitantes, algunas de ellas con bar y albergue.

La etapa comienza cuesta abajo y entre bosques, pero luego hay que subir un repecho para llegar al Alto de San Roque. En este punto, situado a poco más de 4 km de la salida, tenemos el primer lugar en el que es obligatorio sacarse una foto: un monumento al peregrino realizado por un escultor llamado José María Acuña en 1993. Además de la estatua, si el tiempo acompaña puede disfrutarse de una magnífica vista panorámica.





Con unas vistas espectaculares de las montañas que nos rodean, seguimos con el sube-baja algo más de 4 km para, después de una fortísima rampa, llegar al Alto do Poio, el techo del Camino en Galicia. Los 13 km que restan hasta Triacastela son un continuo descenso, primero suave y después más pronunciado. El paisaje en todo momento es precioso, con magníficas vistas de las montañas a ambos lados o atravesando túneles vegetales y viendo abundantes terneras gallegas. 


Poco antes de llegar a Triacastela, en una aldea llamada Ramil, también podemos disfrutar de un precioso castaño centenario.



¿Y en cuestión de arte? Como he dicho, se atraviesan pequeñas aldeas, así que no hay que esperar encontrar templos como los que se han visto en otros lugares del Camino pero, aunque pequeñitas, hay algunas iglesias interesantes, como las de Padornelo o Fonfría.

Triacastela, con sus poco más de 100 habitantes, es el final de la 11ª etapa del Codex Calixtinus y un final de etapa clásico que cuenta con todos los servicios. Es un pueblo agradable y acogedor, aunque no es necesario invertir mucho tiempo en conocerlo. Lo más destacado es su iglesia románica de Santiago, un antiguo mesón con grades dovelas y la antigua cárcel de peregrinos.



A los que se queden, tanto si son creyentes como si no lo son, recomiendo quedarse a la misa de peregrino, que da el que posiblemente sea el cura más simpático del Camino y muy implicado en el Camino. Acaba sus misas con bendiciones en todos los idiomas de los asistentes y, entre otras originalidades, en el momento de darse la paz, pide que, en vez de darse la mano, nos demos un abrazo.

Nada más salir de Triacastela hay que elegir entre dos variantes que confluyen antes de llegar a Sarria: por San Xil o por Samos. Si se ha llegado a Triacastela y se quiere seguir andando, hay que coger la variante de Samos y pernoctar en este pueblo, pues creo que la variante de San Xil carece de albergues, aunque no estoy seguro del todo. Si se pernocta en Triacastela, aunque la variante de San Xil es bonita y 6 km más corta, también recomiendo la variante de Samos.

Los primeros 3,5 km son agridulces. Por un lado, se disfruta de un frondoso bosque y se camina cerca del río Oribio o Sarria pero, por otro lado, hay que hacerlo por carretera. Cuando llegamos a San Cristovo do Real, una bonita aldea de tejados de pizarra, pero mal conservada, iniciamos uno de los tramos más bonitos del Camino en cuestión de paisaje, caminando junto al río y su precioso bosque de ribera, además de atravesar algunos túneles vegetales.






En Samos, la meta alternativa, puede disfrutarse del mejor monumento gallego del Camino Francés (exceptuando los compostelanos): el monasterio benedictino de San Xulian y Santa Basilisa, de obligatoria visita para los amantes del arte.



En este monasterio destacan sus dos patios: el austero claustro grande, presidido por una estatua de Fray Benito Feijoo, por ser en este monasterio en donde tomó los hábitos este famoso escritor de la Ilustración. Junto a él, se encuentra el hermoso claustro pequeño, construido en el siglo XVI, aunque imita el estilo gótico. Es conocido como el Claustro de las  Nereidas, por estar ocupado su centro con una preciosa fuente con cuatro ninfas marinas.



Esta escultura la hizo el Padre Juan Vázquez en el siglo XVIII. Según una leyenda, a un provincial benedictino que visitó el monasterio le chirrió ver ninfas en un lugar dedicado al recogimiento y la oración, así que ordenó su traslado. Sin embargo, después de desmontarla, las piedras se hicieron tan pesadas que no pudieron despegarse del suelo, ni siquiera con los artilugios de la época, así que se desistió y, cuando se decidió reconstruirla, recuperaron su peso y se montaron con total facilidad.   
También puede visitarse la Sacristía y la iglesia barroca.



Además del monasterio, ubicado en un agradable parque junto al río, también podemos disfrutar en Samos de la Capilla del Ciprés, un pequeño templo mozárabe del s. X que tiene junto a él un ciprés de unos mil años de edad, unos 25 metros de altura y unos 3 metros de diámetro. 




Saludos cordiales y buen Camino

martes, 10 de enero de 2017

O Cebreiro - Santiago: introducción

En la anterior entrada sobre el Camino Francés acabamos en O Cebreiro, la primera localidad gallega. 

El Codex Calixtinus dice de Galicia que es una tierra fertil, con ríos, prados, extraordinarios pomares, buenos frutos y cristalinas fuentes, pero de pocas ciudades, villas y campos de labor.

Esta descripción sigue siendo en buena parte válida y los peregrinos podrán disfrutar de su magnífico paisaje. En cuanto a las ciudades, además de Santiago, solo dos localidades por las que pasaremos superan los mil habitantes: Sarria y Melide.

Esta parte del Camino, como digo, tiene paisajes muy bonitos, pero, en cuestión de arte, no hay la abundancia de etapas anteriores, aunque algo hay.

Otra cosa buena de Galicia es su gastronomía y, en estas etapas, puede disfrutarse de platos como el caldo gallego, lacón con grelos, pulpo, tarta de Santiago, etc.

Muchísima gente empieza el Camino en Sarria porque, para obtener la Compostela, basta con andar 100 km. También hay muchos que empiezan un poco antes, en O Cebreiro, en Triacastela o en algún lugar intermedio. Por ejemplo, recuerdo a un autobús que dejó a un grupo de excursionistas en el Alto de Poio para que empezasen ahí el Camino.

En mi opinión, como dije en la bienvenida, es un gravísimo error por varios motivos: porque supone perderse las etapas maravillosas que hemos estado exponiendo en el blog, porque entre Sarria y Santiago hay una masificación tremenda que hace que la peregrinación sea una romería (creo que exageraría solo un poquito si lo comparo con la calle Preciados de Madrid o con las Ramblas de Barcelona), porque la Compostela solo es un papel y la verdadera huella del Camino está en el interior, porque el ambiente no es el mismo a causa de la masificación, etc.

De O Cebreiro a Santiago hay unos 150 km. La mayor parte de las guías suelen proponer 7 etapas, lo cual recomiendo a los que cometan el error de empezar el Camino en O Cebreiro o un poco más allá. Tanto a los que les guste planificar como improvisar, debéis saber que hay albergues en la gran mayoría de las aldeas, por si se quieren evitar los masificados finales clásicos.

Si este blog pretendiese ser una guía del Camino, probablemente escribiría también 7 entradas, pero, como mi intención no es competir con las excelentes guías en papel y en internet que existen sino mostrar los encantos del Camino, voy a escribir 5 entradas, a saber:

- O Cebreiro - Samos 

- Samos - Portomarín 

- Portomarín - Melide

- Melide - Monte do Gozo

- Monte do Gozo - Santiago

Aunque voy a escribir 5 entradas, no recomiendo seguirlo a rajatabla a no ser que se esté muy entrenado, pues son etapas muy largas. De hecho, yo solo he hecho dos de estas cinco etapas.

Saludos cordiales y buen Camino,


jueves, 5 de enero de 2017

Via Postumia

Hola. Os presento las primeras 3 etapas de la Via Postumia. Un camino italiano hacia Santiago.

Hemos ido a revisionar la señalizacion y buscar nuevos alojamientos para los peregrinos.

Os dejo el enlace. Podeis ver el video de las 3 etapas.

Aquileia-Joannis 21kms
Joannis-Porpetto 22 kms
Porpetto-Precenicco 24kms

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