domingo, 8 de julio de 2018

Monreal - Puente la Reina/Gares

Etapa larga de algo más de 30 km en la que se juntan los tramos navarro y aragonés del Camino Francés, aunque no voy a hablar de los últimos kilómetros, porque ya lo hice en esta entrada, en la que hablé de la preciosa y enigmática ermita de Eunate, de Obanos y de Puente la Reina.

Hay 8 pueblos intermedios, aunque la mayoría no cuentan con servicios. Para mí resulto una etapa ingrata, aunque no hay que tenerlo en cuenta, porque hizo bastante calor, no pude ver el interior de ninguna iglesia, me perdí en un cruce y recibí una mala noticia, por lo que, pese a ser la última etapa que recorrí del Camino Francés por Aragón, es de la que tengo menos recuerdos, por lo que pido a los que la hayáis hecho que enriquezcáis esta pobre entrada con vuestros comentarios.

Los primeros 13 kilómetros son entretenidos y agradables para la vista, por la ladera de una montaña, con subidas y bajadas, pero no excesivamente duras. Poco después de haber andado 4 km, el Camino bordea la localidad de Yárnoz, que cuenta con una torre medieval.



Después de 1,5 km, bordeamos el siguiente pueblo, Otano, y seguimos andando hasta el bonito pueblo de Guerendiáin, al que llegamos después de haber andado algo más de 9 km desde nuestra partida.


Tras un rompepiernas de casi 4 km, llegamos a Tiebas, mencionado en el Codex Calixtinus y el primer pueblo con bar de la etapa. Entramos pasando junto a las ruinas de un castillo del s. XIII y, una vez dentro, observamos la interesante iglesia de santa Eufemia, de estilo gótico rural.



A partir de aquí, la etapa tiene un relieve mucho más fácil, aunque también es más sosa, al transcurrir mayormente por pistas agrícolas y algo de asfalto. Los siguientes pueblos son Muruarte de Reta, situado 4 km después de Tiebas y, poco más de un kilómetro después, Olcoz que, además de tener bar, tiene patrimonio interesante. Concretamente, su torre medieval y la portada de la iglesia de San Miguel, que es una réplica de la de Eunate, pero como si fuera su espejo.  




Casi 5 kilómetros después llegamos a Enériz, en donde podemos ver su iglesia de Santa María Magdalena y, si hay suerte (yo no la tuve), contemplar su interesante retablo. 



A partir de este momento, ya quedan unos 3 km para llegar a la ermita de Santa María de Eunate, 5 km para Óbanos (¡no hacer caso a las guías que sugieren la posibilidad de rodearlo sin entrar en él!) y 8 km para la meta en Puente la Reina. Sobre estos lugares, me remito a la entrada que he enlazado antes.

Saludos cordiales y buen Camino,

domingo, 17 de junio de 2018

Sangüesa/Zangoza - Monreal/Elo

Esta etapa es la penúltima del ramal aragonés del Camino Francés. Para hacerla, hay dos alternativas: una oficial y otra no oficial por la Foz de Lumbier.

Confieso que solo conozco la variante no oficial, pero puedo informar de los pros y contras de cada una de ellas:

  • El recorrido oficial es más corto (27,2 km, frente a los 32,3 de la variante), más tranquilo por no estar urbanizado y no tiene apenas asfalto.
  • La variante de la Foz de Lumbier es más larga y tiene mucho asfalto, pero se puede disfrutar de un espectacular paisaje.
  • Con el recorrido oficial hay 18 km sin servicios, mientras que en la variante hay más sitios para avituallarse, en concreto, en un área de servicio a los pocos kilómetros de comenzar la etapa y en Lumbier.
Las dos rutas se juntan poco antes de Izco, el segundo pueblo intermedio de la ruta oficial.

Después de salir del albergue, nos despedimos de la maravillosa iglesia de Santa María la Real y del río Aragón, que cruzamos por un puente metálico de finales del s. XIX que, infelizmente, como os comenté, lo colocaron frente a la iglesia, no teniendo las autoridades ninguna intención de proteger la iglesia de la contaminación que produce el tráfico rodado.



Después de cruzar el puente, se gira a la derecha y se andan unos 600 metros junto a la carretera. A partir de aquí hay que tomar la elección entre el camino oficial y el no oficial, que se juntan a unos 10 km de la meta.

Como os he dicho, solo conozco esta variante, de la que solo destacaría dos cosas. En primer lugar, la Foz de Lumbier, que es un precioso desfiladero formado por el río Irati. Se trata de una vía verde de unos 6 km por la que transcurrió antaño el ferrocarril y que cuenta con una importante colonia de buitres. Recorrerla es una auténtica delicia.




En segundo lugar, recomiendo hacer una pausa de avituallamiento en Lumbier y visitar su iglesia gótica, que cuenta con un interesante retablo barroco.



Saliendo de Lumbier, los kilómetros que distan hasta el encuentro con la ruta oficial pueden ser algo desmoralizadores por el asfalto.

Una vez que volvemos al camino oficial, pasamos por tres pequeños núcleos habitados -Izco, Abinzano y Salinas de Ibargoiti-, aunque no es necesario entrar al tercero de ellos.

El paisaje es un tanto monótono, entre pistas agrarias, exceptuando los últimos 3 km, en los que nos adentramos en un agradable robledal.

La entrada a Monreal se realiza cruzando un bonito puente medieval de dos arcos sobre el río Elorz.


Monreal es una agradable villa de algo menos de 500 habitantes, aunque tiene el inconveniente de tener algunas cuestas. Su nombre deriva de Monte Real, aunque se desconoce el origen exacto de su nombre, sobre lo que hay más de una hipótesis.

Además del puente, también es recomendable pasear por sus calles y entrar en su iglesia.




Saludos cordiales y buen camino,

sábado, 12 de mayo de 2018

Ruesta - Sangüesa/Zangoza

En esta etapa entre Ruesta y Sangüesa (Zangoza en euskera) cambiamos de Provincia y de Comunidad Autónoma, pues salimos de Aragón y nos adentramos en Navarra. La etapa tiene, redondeando, 22 kilómetros de distancia y un único pueblo intermedio.

Los primeros 6,4 km son cuesta arriba por un monte boscoso, aunque la pendiente no es exagerada. El esfuerzo se ve recompensado por algunas magníficas vistas del embalse de Yesa y la sierra de Leyre.


Una vez alcanzado el alto, comienza un descenso de unos 5 km hacia Undués de Lerda, el único pueblo intermedio de la etapa, donde resulta obligado parar para avituallarse en su bar y, si se quiere, para pernoctar en su albergue.

En la bajada a Undués hay un tramo empedrado que parece ser una antigua calzada romana, aunque hay quien defiende que es un simple camino de piedra para facilitar el paso del ganado.



Undués de Lerda es un municipio de menos de 100 habitantes. Tiene una traza medieval en la que destaca la iglesia de San Martín de Tours y algunas casas-palacio blasonadas. Y, como podéis ver, el Camino de Santiago es un buen lugar para hacer amistades. Os pongo también una foto con una amiga que hice en este pueblo.



Los aproximadamente 10,5 km que restan para llegar a la meta discurren por un terreno favorable, con una ligera cuesta abajo, aunque algo aburrido, pues transcurre mayormente por una pista entre terrenos de concentración parcelaria. Es en este tramo en el que abandonamos Aragón para entrar en Navarra.

La localidad navarra de Sangüesa/Zangoza es lo que se dice un gran final de etapa. Esta localidad, fundada en 1090, es capital de una de las cinco merindades históricas de Navarra y fue sede de las Cortes de Navarra. Con sus poco más de 5.000 habitantes, es la segunda localidad más grande del Camino Francés por Aragón, después de Jaca.

Su gran joya es la iglesia de Santa María la Real. No exagero si digo que tiene una de las fachadas más hermosas del Románico de toda Europa y, de hecho, doy fe de que aparece en los libros de historia del arte.

Su fachada cuenta con más de 300 estatuas y su tímpano está recargadísimo con una escena del Juicio Final. También tiene esculpidas las arquivoltas de su portada y las columnas que flanquean su puerta de entrada. Con estos méritos, no es de extrañar que sea Bien de Interés Cultural desde 1889.





Su interior también hay que visitarlo, pues cuenta con varios tesoros, destacando su retablo mayor, obra de Jorge de Flandes.


La otra cara de la moneda es que semejante joya, en vez de estar en una zona peatonal y ajardinada, como se merece, está en una calle por donde circulan coches, dejando la iglesia expuesta a la contaminación del tráfico rodado e impidiendo a los viajeros y lugareños disfrutar de esta maravilla como es debido. Esto se debe a que una planificación urbanística imposible de empeorar realizó un puente de acceso a la localidad salvando el río Aragón justo delante de la iglesia, por lo que sería necesario un nuevo acceso y peatonalizar el actual puente.

Siguiendo con iglesias, también hay que visitar la iglesia románica de Santiago, con una interesante torre almenada y una estatua de Santiago peregrino en su interior.


Como muestra de arte gótico, también podemos visitar la iglesia de San Salvador que, al parecer, cuenta con importantes pinturas murales. Digo "al parecer" porque, salvo que haya cambiado la situación en los últimos meses, esta iglesia está cerrada. Pese a ello, la última vez que estuve recuerdo que había carteles informando de lo magníficas que eran. Pregunté en la Oficina de Turismo por qué ponían esos carteles si luego no se podía entrar en la iglesia. Su respuesta fue que era para sacar los colores al gobierno de Navarra, que no se digna a reparar los problemas estructurales que obligan a mantenerla cerrada.


Además de su arquitectura religiosa, también tiene una buena muestra de arquitectura civil. Sin ser exhaustivo, pues no pretendo sustituir a las oficinas de turismo, que siempre recomiendo visitar, voy a citar dos: el Palacio de los Reyes de Navarra y, sobre todo, el Palacio de los Marqueses de Vallesantoro. Recomiendo ampliar la foto para ver el espectacular alero de madera, aunque es muchísimo mejor al natural.




Saludos cordiales y buen Camino,

domingo, 15 de abril de 2018

Arrés - Ruesta

Entre Arrés y Ruesta, seguimos en Aragón, pero cambiamos de provincia. Esta etapa tiene varias opciones, por lo que el número de kilómetros puede variar ligeramente. Se trata de una etapa amenazada por un proyecto de atentado del que hablaré más abajo.

Entre el principio y el final, hay tres pueblos, pero se encuentran ligeramente alejados de la pista por la que transcurre la etapa: Martes, Mianos y Artieda. Por lo tanto, si uno quiere ahorrar algunos kilómetros, puede no entrar en ninguno de ellos (en este caso, hay que salir de Arrés cargado con comida y con abundante agua), o entrar en uno, dos o incluso los tres de ellos. Si entramos en uno de ellos, la etapa resultaría de unos 29 km y, si no entramos en ninguno, solo ahorraríamos unos 500 metros, por lo que desaconsejo encarecidamente la opción de no entrar en ninguno de ellos.

La mayor parte de la etapa transcurre entre cultivos de cereal por una cómoda pista agrícola. A los 7,2 km tenemos la opción de desviarnos a Martes. Si se hace el Camino en verano, desaconsejo este desvío porque no tiene servicios y, en esta época, hace mucho calor. En cambio, en otra época puede estar bien desviarse, pues es un pueblo medieval una interesante muestra de arquitectura civil y religiosa, aunque su iglesia suele estar cerrada.




Después del desvío, el Camino continúa entre cultivos, aunque también podemos contemplar unas curiosas formaciones geológicas llamadas badlands, como la que muestro en esta foto.



Tras algo más de 6 km, tenemos de nuevo la opción entre seguir por la pista agraria o subir a Mianos, ya en la provincia de Zaragoza. Aunque no tiene servicios (creo que tiene en proyecto un albergue), subir a este pueblo medieval es una opción interesante, pues tiene muy buenas vistas de la Canal de Berdún, además de algunas casas señoriales y una iglesia con algunos tesoritos que, desgraciadamente, suele estar cerrada, como la gran mayoría de las iglesias del Camino Francés por Aragón. Es realmente lamentable el poco interés de sus gestores públicos en mostrar sus tesoros.







Si se sube a Mianos, que fue lo que yo hice, puede desandarse lo andado para regresar al Camino o continuar a Artieda por una carretera local.

Artieda tiene una bonita arquitectura de montaña y, a diferencia de los anteriores, sí que tiene albergue, bar y fuente. Sus calles son circulares, pues está planificado como un caracol y, en su interior, destaca la medieval Casa de los Diezmos y su iglesia de San Martín que, para variar, suele estar cerrada.  





Si no se ha hecho la tontería de ahorrar 500 metros, hay que regresar al Camino y afrontar los últimos 11 km. En un principio, caminamos por una insulsa carretera sin sombra para, finalmente, entrar en uno de los parajes más bonitos del Camino de Santiago Francés y, sobre todo, con sombra.

El paraje en cuestión es un agradable bosque junto al embalse de Yesa. Sin embargo, esta bendición para los peregrinos está en peligro a causa de una barbaridad de nuestros magníficos gestores públicos que, hace años, planificaron un recrecimiento del embalse y, si Dios o Bruselas no lo impiden, será engullido por las aguas.

Hago un inciso para decir que, conversando con una amiga de Jaca, me pregunté por qué hay políticos con poco interés en promocionar el maravilloso Camino de Santiago Francés por Aragón. Me dijo que esa falta de interés podía resumirse en una palabra: Yesa. Ese recrecimiento amenaza al Camino con hacer perder uno de sus tramos más bonitos, del que pongo algunas fotos.



Tras un agradabilísimo paseo por este bosquete junto al embalse de Yesa, que quizás no pueda disfrutarse en los próximos años a causa de este atentado, llegamos a Ruesta, en donde propongo finalizar la etapa.




Este lugar es mágico. Su población abandonó el pueblo porque el embalse les privó de sus tierras de cultivo, pero, en 1988, la Confederación Hidrográfica del Ebro lo cedió al sindicato CGT, que ha establecido un albergue para peregrinos y un centro de interpretación. Sin embargo, el abandono de este lugar y la falta de recursos de la CGT, hacen que aumente su ruina y, desgraciadamente, unos meses después de que yo tuviese la suerte de pernoctar, su iglesia sufrió un derrumbe.